viernes, 15 de octubre de 2010

Dar una mano a alguien es mucho más que hacer un favor. No es dedicar unos minutos que te sobran o prestar una remera que no usas, es dar una parte tuya, es darte vos. Dar la mano es aferrarte y aferrar al otro. Cuando el mundo se vuelve un abismo y todo se cae tus manos no se aferran a algo, se aferran a alguien, alguien que no te deja caer.
Cuando vos diste tu mano ya no hay forma de soltarla, ya no es tuya, está unida a la del otro, las dos manos son una.

Las manos nos unen, nos suman, cuando damos la mano dejamos de ser yo para ser nosotros.
Mi mano ya no es mía, es tuya, o nuestra.
No quiero soltarte la mano, pase lo que pase, sea lo que sea

No hay comentarios:

Publicar un comentario