domingo, 27 de febrero de 2011


Mentiría si dijese que ya no te quiero, que hoy no recuerdo el dulce sabor que me dejaban tus labios y el agradable aroma que dejabas en mi pelo cuando me abrazabas. Recuerdo cuando me dabas de la mano, todo era tan perfecto, tanto que a veces me daba miedo porque sabía que no duraría para siempre. Cuestión de días, de meses, de minutos, semanas o lo que fuesen, pocos o muchos, pero especiales, y sí, hablo de nuestros momentos. La manera en la que te despedías, en la que me saludabas con un beso, esa manera que tanto me gustaba y que ahora hecho de menos. No me gustaría verme obligada a llamarte cobarde, pero te lo mereces. Cobarde, por no tener el valor de decir que te habías cansado de mi, que no querías compartir nada más conmigo. Eso sí, el cambio fue radical. Hoy he vuelto a mirar tus fotos, ¿y sabes qué? Sigo convencida de que cada día me es más difícil olvidarme de vos.

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