domingo, 27 de marzo de 2011

Y ahí es cuando él me da un beso, su boca aterriza en la mía y me molesta de sobremanera que me guste tanto. Es imposible que una mujer pueda defenderse contra un momento así. El corazón se me para en seco, mis brazos quieren extenderse hacia él ymis pies quieren salir corriendo en dirección opuesta, todo a la vez. Y odio admitirlo, pero todavía no confío en mi, no sé como reaccionaré si lo veo otra vez.

No hay comentarios:

Publicar un comentario